Un Dios que perdona...
El sacramento de la Penitencia...
La penitencia o Reconciliación.
Jesús dijo que derramaría su sangre para el perdón de los pecados: para vino al mundo. Y para que la Iglesia pueda aplicar esto transmitió a sus apóstoles el poder de perdonar los pecados.
La vida nueva de hijos de Dios que recibimos en el Bautismo se puede debilitar o incluso perder. La penitencia nos sana el alma y nos devuelve la amistad con Dios.
Actos del penitente.
- Examen de conciencia.
- Dolos de los pecados.
- Propósito de enmienda.
- Confesión.
- Rezar la penitencia (satisfacción).
El sacerdote, en nombre de Cristo, nos absuelve de nuestros pecados y está gravemente obligado a guardar el sigilo sacramental.
Efectos de la penitencia.
- Perdón de los pecados y reconciliación con Dios.
- Reconciliación con la Iglesia.
- Devolución o aumento de la gracia.
- Perdón de la pena merecida por nuestros pecados.
- Paz y tranquilidad en la conciencia.
Los pecados graves solo se pueden perdonar -de modo ordinario- con la administración del sacramento.
Unción de los enfermos.
Jesús amó y sigue amando a los enfermos. Por eso quiso dejar a la Iglesia el sacramento de la Unción: para ayudarles en la enfermedad y en la muerte.El sacerdote para administrarlo unge con óleo sagrado en las manos y en la frente del enfermo. Puede recibir este sacramento cualquier fiel que esté enfermo o muy mayor.
Efectos:
- Paz y fortaleza para llevar la enfermedad.
- Perdón de los pecados si el pecado no ha podido confesarse.
- A veces, proporciona, la salud del cuerpo.
- Prepara para el paso a la vida eterna.