Del Califato de Córdoba a los reinos de taifas


El emir Abd al-Rahman III llegó al poder en el año 912. Dominó militarmente a los reinos cristianos que atacaban Al-Andalus y les obligó a pagar impuestos, garantizó el comercio e impuso su autoridad.

En el año 929, Abd al-Rahman se independizó de la autoridad religiosa y se proclamó califa, dando origen al Califato de Córdoba. Fue la etapa de máximo esplendor de Al-Andalus: hubo una gran expansión económica y se frenó a los cristianos, especialmente bajo el califa al-Mansur.

A partir del 1008, el Califato sufrió graves divisiones internas, fragmentándose en 25 reinos independientes, las taifas. Estos reinos tuvieron una gran prosperidad económica, pero en el siglo XIII ya habían sido conquistadas por los cristianos, a pesar de la ayuda prestada por los almorávides y los almohades.

El reino nazarí de Granada fue la única taifa que se mantuvo independiente hasta finales del siglo XV gracias a su riqueza.